Cornejo y sus días en el barro
Cornejo se imaginaba este pasar duro no por masoquista, sino por dos causas. Una, la más tangible, por la situación crítica de la provincia; y dos, la más política, por la búsqueda de marcar una nueva relación de poder entre el Gobierno y los actores sociales, tomando como centro la figura del Gobernador. Cornejo repite que quiere recuperar la "autoridad" del gobernador.
La intención de los primeros meses fue y es aprovechar el momento de “mayor poder” no como luna de miel, sino para hacer el “trabajo sucio”.
Por eso Cornejo eligió transitar sus primeros días en el barro; un terreno político que no le disgusta. No despierta pasiones, pero mantiene fidelidad política para gobernar a fuerza de acuerdos más que de amores. El bloque de aliados del Gobernador se completa con las cámaras empresarias más poderosas y el Gobierno nacional, aunque con reparos: la "ayuda" a Mendoza hasta ahora ha llegado por la misma vía que en la era K, no hubo anuncios de obras importantes y Mauricio Macri dejó plantado a Cornejo en la Vendimia.
El primer semestre de gestión lo terminarán de consumir los conflictos con los estatales y el “reordenamiento” del Estado. Con los estatales el Gobierno apunta al desgaste. Para terminar de ordenar las cuentas, apuestan todo a conseguir financiamiento internacional que les sirva para ordenar pagos y “comenzar la gestión” propiamente dicha.
Pero los días que vienen n o serán sencillos. La tensión fue uno de los métodos elegidos por el Gobernador para gestionar políticamente y ese camino comenzará a tener su parte más áspera. Cornejo deberá tener en su horizonte que la paz social también es parte de su responsabilidad política.