Descubrí los mejores restós de cocina peruana de Mendoza
Perú es reconocido, mundialmente, por su alta cocina. Tanto es así que fue galardonada como el “Mejor Destino Culinario del Mundo” y la OEA la reconoció por el aporte cultural de la gastronomía que trascendido sus fronteras. La cocina peruana es un viaje a su historia, a su herencia y a la riqueza de sus tierras y mares que se manifiestan en una amplia variedad de platos.
Mendoza es una provincia que tiene una fuerte influencia peruana debido a la importante inmigración que recibe de ese país y por supuesto su gastronomía se encuentra presente con fuerte identidad. Es abundante y sabrosa y está basada en sus típicos productos: papa, camote, yuca, maíz, plátanos, carne de llama, cuy, pescados y mariscos.
Salimos a buscar opciones y encontramos desde pequeños reductos hasta sofisticados restós con un denominador común, chef peruanos en sus cocinas. Además todos cuentan identidad gastronómica, sencillez y una gran pasión por la cocina.
Flor de la Canela (Juan B. Justo 426. Te. 420-1279), podría rotularse como el primer restó de cocina peruana en Mendoza. Desde el 2004 la familia Ríos, proveniente de Trujillo, le dio a los mendocinos los primeros sabores peruanos y hasta la actualidad mantiene una fiel clientela. Es un restó sencillo con una auténtica cocina peruana, donde los preferidos son: la Jalea, una tradicional fritata de mariscos, a casusa limeña ($ 160) y el picante de mariscos y un guisado super sabroso ($ 200). Aunque nadie sale de este lugar sin probar el Suspiro Limeño, el cual es único en su sabor con una identidad que sólo se saborea en la Flor de la Canela.
Manos Morenas (Mitre 1541, Chacras de Coria Te. 496-2783) funciona en una antigua casona en Chacras de Coria con una ambientación llamativa donde el arte, los objetos antiguos y la sensación de un ambiente cálido invitan a quedarse y conservar espacios íntimos. Tiene una amplia carta con platos tradicionales como los Tiraditos, que son finas láminas de pescado blanco con salsa de rocoto y ají amarillo ($ 185) o salsa de ostión y aceite de sésamo y lima ($ 225). También adaptaciones como la pizza a la huayncaina ($ 160) y el ceviche de trucha, cebolla morada, cilantro, alcaparras y jugo de limón ($ 255). Es un restó muy atractivo con una cocina peruana refinada aunque de platos abundantes.
Dorrego alberga dos pequeños sitios muy apuntados por los adeptos a la cocina peruana. Uno de ellos es una casa de barrio que por encima tiene un cartel, el cual indica Sabrosura (San Juan de Dios 331). Es un sitio simple con atención impecable y una cocina con gran presentación de platos. Los tamales, la parihuela, el chicharrón de pescado y la degustación de causas son algunos de los que más atraen.
Cerquita se encuentra Brasas Latinas (Pedro Vargas 85) espacio que cuenta con un despacho de platos muy bien presentados, donde ciertas especialidades como el cabrito con frijoles alcanzan para dos personas. Al igual que la jalea y la parihuela ($ 180).
Finalmente, una joya en pleno centro, El Tumi de Oro (Mitre 1766. Te. 434-0088). Este restó, con una grata ambientación peruana de estilo moderno, ofrece una carta sencilla pero bien lograda. Su dueña, oriunda de Lima, se ocupa de la atención de sus comensales. Tanto es así que nos aconsejó un trago denominado Machu Pichu. Tres colores (verde, naranja y rojo) a base de granadina, juego de naranja y menta para terminar la cena. La causa limeña ($ 150) no tuvo comparación y el arroz chaufa ($ 180) es uno de los de los predilectos. Cuenta además con gran variedad de ceviches y sudados (de gatuzo, salmón, mero y mariscos). El restó buscó amalgamar ambas culturas en un plato y así el chef de origen trujeño crea el puré de pallares peruanos con costilla de res argentina ($ 220), una verdadera delicia.
La cocina peruana es el resultado de la cocina heredada de los incas y luego enriquecida con la llegada de los españoles. Hoy es una de las predilectas para el paladar de los mendocinos, por eso los invitamos a disfrutar de los sabores de la tierra del gran imperio inca.
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Por Carla Luna