Eduardo Hoffmann: «En Mendoza no existe un mercado de arte, sólo hay algunos consumidores fortuitos y muy pocas familias altruistas»

Mendocino y referente del arte argentino contemporáneo. Ha recibido importantes galardones a lo largo de su exitosa carrera profesional. Sus trabajos se han expuesto en las principales ferias internacionales de arte en el mundo y es parte de importantes colecciones en Argentina y el exterior. La historia del jugador de rugby que triunfa a través de su arte.




High: ¿Recordás en que momento de tu vida tuviste el primer contacto con las artes plásticas?

Eduardo Hoffmann: La casa de Pepe (mi abuelo paterno). Era la casa y la vida de un coleccionista, en el sentido más amplio de la palabra. Había desde pintura nacional hasta pintura europea, esculturas y marfiles. Todo esto rodeado por el diseño de todas las culturas. Desde oriental hasta el decó y una biblioteca coherente al conjunto. Ese era para mí un medio ambiente natural. El tema fue cuando emprendí el camino del pintor. Justamente ahí fue donde encontré el primer obstáculo. Pepe, mi abuelo, me preguntó en una reunión familiar: “¿Y de que vas a vivir…?

H: ¿En algún momento de tu vida pensaste en dedicarte a algo que no fuera la pintura? ¿Tenés alguna otra profesión que admirás?

EH: Me encanta el rugby y lo jugaba en Marista (se detiene y recuerda a Coco Navessi y a Chato Setien, según él sus dos tutores esenciales). Pero cuando fueron llegando a mi vida Federico Fellini, Herman Hesse, Frank Lloyd Wright, Astor Piazzolla y tantos más sentí una complicidad tan grande con ellos que quería ser todos los oficios al mismo tiempo, aunque finalmente pude con la pintura.  

H: ¿Fue fácil desarrollar una carrera como artista desde una provincia como Mendoza?

EH: Por un lado tenía la contención de mis amigos que como todo amigo, a quienes les atraía cualquier cosa novedosa o arriesgada. Lo importante era sostener esta decisión y no defraudarlos. A mi familia le preocupaba mi manutención en el futuro, pero me veían muy decidido como para persuadirme. Y la sociedad mendocina, no sé ahora (reflexiona) pero en ese momento me aceptó. Todo esto en tanto y en cuanto no me metiera con una de sus hijas…cuantos se estarán lamentando de su poca visión (risas).  

H: ¿Te gusta hablar de pintura? ¿Sos un experto en el tema?

EH: Me encanta hablar de pintura pero en general, salvo con otros artistas, no tengo interlocutores. Creo que por la falta de información en el tema muchas personas temen quedar en evidencia. Picasso decía que el arte contemporáneo es un libro en idioma chino por la mitad y hay que empezar por la primera página. Entonces soy yo quien opta por hablar temas que nos identifiquen. Leonardo decía “mientras más te conozco mas te amo” y eso me fue pasando a mi a medida que fue descubriendo el arte. La pasión fue aumentando. Conocí la historia del arte pintándola. Me gusta hacer “covers” de obras clásicas, es una buena forma de andar en la misma huella que los grandes artistas.

H: ¿Cómo llegaste a vender cuadros en subastas importantes del mundo en esas cifras ?

EH: Llevo un registro de mi obra y en 45 años de trabajo va por el número 3.700. La mayoría de ellas está en colecciones  y diseminadas por algunos países. Con esto quiero decir que en tantos años hubo coleccionistas o clientes que me compraron. En el pasado lo hicieron a un precio bajo de mercado y hoy son ellos quienes llevan las obras a subastas a precios elevados. Por otro lado todos los años estas casas de subastas cursan invitación directa a la galería Isabel Anchorena  o a mí. Paradójicamente participo poco en subastas nacionales, salvo contadas excepciones a beneficio. Generalmente no me invitan.

H: ¿Existe en Mendoza un mercado de arte?

EH: No, no existe. Sólo hay algunos consumidores fortuitos y unas muy pocas familias altruistas. Nunca el arte en Mendoza significó status, entonces se prefiere llenar las cocheras con autos de alta gama. En cambio, en Buenos Aires, como en todas las grande capitales, le dan tanta importancia a las cocheras como a los muros de sus viviendas.

H: ¿Y el mejor lugar en el cual expusiste?

EH: La Bienal de Venecia o Documenta Kassel en Alemania. Allí fuimos convocados siete artistas y Maria Elena Walsh era la invitada de honor. Adonde fuéramos el público se paraba a aplaudirla. Además tuve el gran placer de compartir su genialidad por una semana desde el desayuno hasta última hora del día. Fue fantástico. Igualmente las diferentes ferias del mundo como Arco en Madrid, Basel en Suiza y la Fiac en Paris o el Museo de Arte Contemporáneo de Le Mans en Francia marcaron un antes y un después.

H: ¿Recordás dónde y a quién vendiste tu primer cuadro?


EH: Sí, fue en Mendoza. Le vendí a Ricardo Abad que era el dueño de una tienda que se llamaba Jomir. Me compró un dibujo y me pagó con un cheque.

H: ¿Dónde está tu taller hoy y cuántas horas por día dedicás a la pintura?

EH: Mi taller está en Barracas, en Buenos Aires. Llego lo más temprano que puedo y me voy más tarde de lo que debo. En la vida de los grandes maestros hay un común denominador: la insistencia, la voluntad y la continuidad... Sólo el trabajo hace al artista.

H: ¿Cuánto vale una obra de Eduardo Hoffmann y quiénes son las personalidades más famosas que las han adquirido?

EH: El valor de mis obras es de público conocimiento en las redes.  Si tengo que enumerar a quienes han adquirido mi obra debería mencionar a: La Tiroche de Leon Foundation  o a los Condes d´Ornano que tienen la colección más importante de impresionismo en Francia. También a la familia de Ganay-Bemberg ,a la  coleccción Amalia Fortabat, a la Reina Máxima de Holanda, la Familia Rudoph Spölberg en Bruselas, Rosewood Hotel London ,Tony Chi en Nueva York, Donald Sutherland en la Costa Azul y muchos argentinos de enorme jerarquía y bajo perfil.









Ping Pong

Un restaurante: Casa Cavia de Pablo Massey

Comida Favorita: Falafel

Un vino: A Crux de O’ Fournier

Signo: Tauro

Hincha de: Maristas y Los Pumas 

Programa de TV favorito: Periodismo para todos y Scrum

Una marca de ropa: Carolina Herrera

Quién era tu ídolo de chico?: Primero The Beatles y más tarde Picasso

¿Cúantos amigos tenés en facebook?:  No lo sé, soy de otra generación. Pero no deben ser muchos.


















Un destino para vacacionar: Cualquier lugar donde esté con mi familia