La vuelta de la cocina casera

Una vuelta por lo que siempre está de moda.







La provincia vivió, en los últimos cinco a siete años, un destacado crecimiento gastronómico. A partir de este auge surgieron importantes chefs, quienes fueron los impulsores de la evolución de cocina mendocina. Ellos propulsaron políticas que lograron nuevas visiones del consumo de restaurante en los mendocinos y potenciaron una gastronomía de producto hermanada con la vitivinicultura, que de alguna manera también fue utilizada como bastión para el ámbito turístico. 


Las bodegas refinaron sus propuestas con menúes de pasos, donde el maridaje se crea en función de los vinos que ofrece. Mientras que los restaurantes fueron entrando en una categorización promocionada en muchos casos por chefs creativos y/o mediáticos, que más allá de alentar el paladar de los mendocinos generaron una especie de claustro selectivo en el mundo de la gastronomía local. 


Mendoza comenzó a ser vista por el resto del país como una plaza gastronómica que en poco tiempo logró un alto desarrollo. Y continúa potenciándose no solo por turistas sino por los mendocinos que comenzaron a interesarse por lo que consumen cuando salen a comer. 


Después de un arduo trabajo en la profesionalización de la gastronomía, el estilo vintage se introduce en las cocinas de los mejores chefs para revivir momentos en que las abuelas cocinaban desde temprano para brindar su mejor almuerzo,. Esta nueva tendencia recupera sabores y productos que habían quedado en el olvido, tales como el osobuco, los guisos y el estafado. 


Algunos lugares ofrecen ambientaciones recuperadas. Otros buscan que sus platos recuperen una parte de esa antigua cocina pero refuncionalizan sus productos. Mientras que diversos espacios optaron por tomar la receta de la abuela, tal cual como se las enseñaron, para llamar a los recuerdos de la infancia a través del paladar.  

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