Los restós de «reinas» que encantan en Mendoza

Para el mundo, Josefina, María Antonieta y Sofía tienen en común haber sido emblemáticas mujeres de la monarquía europea que transcendieron en la historia por encima de muchas otras y se convirtieron en reinas consorte cosechando amores y odios. Sin embargo, en Mendoza la conexión de estos nombres evoca a los tres restó más elegidos […]


Para el mundo, Josefina, María Antonieta y Sofía tienen en común haber sido emblemáticas mujeres de la monarquía europea que transcendieron en la historia por encima de muchas otras y se convirtieron en reinas consorte cosechando amores y odios. Sin embargo, en Mendoza la conexión de estos nombres evoca a los tres restó más elegidos por las mendocinas. Sitios con identidad, impronta femenina, diseño y gastronomía con concepto que se sostienen en mujeres actuales con las mismas garras que aquellas leonas.


Josefina es la brisa fresca de un nuevo comienzo según  dice el lema del restó en calle Arístides de Villanueva que ostenta un amplio salón en una estructura moderna vidriada. El uso de nobles materiales bien combinados como la piedra, la madera y el metal que otorgan gran personalidad. Algo de Josefina de Beauharnais, emperatriz de Francia y primera esposa de Napoleón Bonaparte se manifiesta en el aire del lugar que abre la puerta tallada cual obra de arte para encontrarse con una estructura metálica de doble altura colmada de detalles glamorosos y frescos. El lugar ofrece la sensación de brillar con aires poéticos que remontan a otros tiempos, mientras  ofrece una cava flotante suspendida sobre una imponente barra que funciona tanto para despacho de tragos como para comer. Su carta clara y explicativa permite entender cada plato ya que describe los ingredientes que lo componen. Contiene además una amplia propuesta, que va desde sandwichs a platos principales cargados de contenido y excelentes presentaciones. Las carnes en su punto justo proponen un ojo de bife con un gramaje que deslumbra mientras que ensaladas originales como tibio de pollo o verde de alcauciles logran una propuesta liviana y original. Los platos oscilan los $ 200 y la atención está muy bien lograda con jóvenes atentos a las mesas.



Como arrancado desde la Plaza de la Republique de Paris, María Antonieta se emplaza sobre calle Belgrano con una identidad arrasadora desde sus exteriores rodeados de macetones de flores, mesas eclécticas y una fachada vintage que se contagia en cada detalle del lugar. Al correr el pesado cortinado rojo de la entrada, la disposición de la cocina de Vanina Chimeno (reconocida chef de la provincia y propietaria del lugar) es lo primero que se encuentra. Aquella reina guillotinada en plena revolución francesa se palpa en el espíritu calmo y a la vez atrevido, donde tanto su estética como gastronomía han dado que hablar desde que abrió sus puertas. Las atenciones se imponen desde la vajilla con lozas añejadas y productos sofisticados como centolla de Comodoro Rivadavia, kale, salmón curado y burrata entre otras junto a presentaciones cuidadas. Asimismo su cocina ofrece una carta sencilla de fácil lectura pero bastante diversa, con entradas, sándwich, pasta y principales. Entre los más demandados se encuentran: el sándwich de salmón con salsa tártara ($ 204), los malfati de espinaca y ricota con salsa de hongo y los orecchiette de salmón curado con brócoli y limón ($ 257). Por otro lado, desayunar en María Antonienta es un plan que se popularizó con opciones bien europeas, las cuales incluyen huevo en varias cocciones y una panificación a punto.



Sofía es la reina más contemporánea pero el restó más antiguo de los tres. Nació en calle Arístides con una ambientación del sudeste asiático, que lo identificó por años a la vanguardia de la moda. Hoy, rodeado de muchos otros restós de la zona, mantiene su esencia con una cocina cuidada. Budas, ambientaciones musulmanas, iluminación insinuante, mesas con sillones, un jardín interno y semi cerrado le sumaron valor a este sitio con afable atención. Pese a que este lugar ya forma parte de la agenda gastronómica mendocina, no sólo se quedó en la calle más controversial de la ciudad sino que también abrió sus instalaciones en el Barrio Dalvian y también en el Arauca Mall de Maipú con un salón vidriado y una decoración arábica consecuente que ofrece la opción de sillas o banquetas. Lo más recomendable de su carta es el wok de mar y la torta de banana split.



Tres restaurantes mendocinos que llevan nombres de reinas monárquicas, mujeres audaces y controversiales, un poco de ellas llega como legado en estos coquetos sitios elegidos por las mendocinas que en sus muros transmiten el trabajo de esas mujeres que están detrás de estos proyectos y que le pusieron toda su pasión.


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Por Carla Luna


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