Ricardo Montacuto: “A Mendoza le faltan dirigentes con utopías”

Desde hace 25 años, el hombre que dirige el Mendoza Post y despierta a la audiencia con noticias en La Red ejerce el oficio de periodista. Comunicador autodidacta, se considera a sí mismo un rebelde con quienes hacen las cosas mal. Entrevista con un mendocino por adopción que divide su amor por la provincia con el de sus orígenes sureños.

Por
Andrea Calderón



-Empezaste un nuevo programa radial, ¿cómo vivís este regreso?



-Nuevo y viejo, en realidad,
porque el formato se parece mucho al que hacía en MDZ, sólo que con nuevos integrantes
y en una radio grande como La Red Mendoza FM 94.1. El programa es un equilibrio
raro entre la buena onda con que nos tomamos las cosas y la política. También hay
mucho de economía y entrevistas potentes. No le doy mucha bola al formato de
radio sino al contenido, a lo que se quiere transmitir. 



-¿En qué otros proyectos trabajás, además de la radio y la dirección
periodística de Mendoza Post?



-Hago muchas cosas y ninguna
bien. Mendoza Post me lleva la mayor parte del tiempo; es un diario que aún no tiene
dos años y que ha crecido muchísimo instalándose entre los medios líderes en
audiencia en redes sociales y peleando el liderazgo con medios que tienen mucho
más personal, recursos y dinero. Con el Post hacemos la producción del programa
en la radio luego de mucho conversar con Uno Medios. Además, la gente que me
conoce sabe que soy de la Patagonia y que nunca me desprendí del diario en el
que empecé, El Chubut, y donde escribo la columna política desde muchos años.



-¿Cómo ves la situación política a nivel provincial y nacional?



-Me parece que Cornejo ha
tomado bien la administración del Estado, ha resuelto el problema grave de financiamiento
que tenía Mendoza, ha logrado ubicar los gremios estatales en el lugar que
tienen que estar y ha instalado en la gente que hay que laburar, sobre todo en
educación, seguridad y justicia. Me parece que en salud le va a peor y que
falta un gran proyecto movilizador para la provincia que dinamice la economía.
Me parece que eso quedará para el próximo gobernador y que lo que está haciendo
Cornejo está bien.



En cuanto a la mirada
nacional, creo que Macri ha elegido un rumbo correcto y un mal camino. No están
dejando cagada sin hacer sobre todo en el tema tarifas y en lo económico. Todo
el mundo sabe que la economía argentina estuvo subsidiada pero no se pueden
corregir los errores en un día con un tarifazo, ni devaluar sin controlar los
precios, ni mucho menos hacer la payasada del gas. Me parece que el rumbo
igualmente es correcto y aunque me puedo equivocar, no lo veo a Macri
revoleando bolsos en un convento.



-Sobre los medios de comunicación, ¿qué pensás?



-Creo que a los medios y a los
periodistas de Mendoza nos falta autocrítica. La mayoría de los periodistas nos
comportamos como si fuéramos estrellitas: hay una cosa de egos que es
insoportable y no me lo aguanto. Parecemos pavos reales que no nos ocupamos de
la información ni de las historias y estamos más preocupados por el vino que
vamos a tomar o el evento al que vamos a ir. Por culpa de los empresarios de
los medios en general y de los periodistas en particular, los medios de Mendoza
se han berretizado muchísimo.



-En ese sentido, ¿qué hacés desde tu lugar?



-Yo
peleo y me revelo, por eso pusimos este diario y hago el programa de radio.
Tengo 51 años, dirigí siete u ocho redacciones, algunas muy grandes, y quiero
que la gente se entere de las cosas. También contrato a chicos jóvenes que
trabajan junto con personas de trayectoria.



-¿Fue rápida
tu adaptación en Mendoza?



-Yo
soy medio gitano. Empecé en Trelew en el año ´91; dejé la carrera de ingeniería
y dije voy a ser periodista, lo cual fue un escándalo familiar. En el ´93 me
fui al diario Río Negro donde estuve cinco años, fui secretario de redacción y
de ahí me contactó la gente de Clarín para venir al diario Los Andes. Ahí
estuve siete años, luego me volví a la Patagonia y en el 2008 contacté a la
gente de MDZ porque me parecía interesante lo que hacían. Entonces decidí dar
el salto al digital y me vine. Soy casi mendocino; todavía me falta, porque
tenés que vivir 100 años para ser de acá.



-¿Qué te
gusta de Mendoza?



-Muchas
cosas. Yo me enamoré de Mendoza en la década del 80 cuando todavía ni soñaba
con ser periodista y a raíz de un torneo de ajedrez que vine a jugar en la
Plaza Independencia. Tenía entonces 14 años. Mendoza tiene buena gente, propuestas
de una ciudad grande y al mismo tiempo el hábito de la siesta. Me gusta andar
en bicicleta o irme a la montaña en moto. Tengo el corazón partido, porque mi
tierra es la Patagonia y sé que me voy a morir allá.



-¿Qué le
falta a Mendoza?



-Una
clase dirigente con utopías. Todas las pequeñas revoluciones que se hicieron,
la del agua, la del oasis, la del vino, quedaron atrás. Me parece que las
últimas fueron las del Pilo Bordón. Mendoza perdió la calidad de dirigencia en
todo: en los clubes, en las asociaciones, en la política, y no hay planes
grandes de nada. Creo que primero hace falta recuperar a la gente que es capaz
de hacer cosas por la provincia. Lo demás viene solo.



-Cuando viniste
a la provincia, ¿lo hiciste solo o con tu familia?



-Esa
es una historia difícil, yo me separé muchas veces, tengo cinco hijos de tres
matrimonios y es todo cuanto voy a decir. Mi profesión es muy difícil, le he
dedicado mucho tiempo y eso fue un error porque no cultivé lo personal,
entonces fui un padre ausente, un marido ausente y bueno, para hacer una
carrera periodística como la mía tuve que sacrificar muchas cosas.



-¿Cómo
llegaste a ocupar posiciones de poder en los medios locales?



-Trabajando
mucho, siendo incisivo, aprendiendo, preguntando. Tuve suerte, capaz, o estuve
en los lugares indicados cuando tenía que estar, no sé. Afortunadamente nunca
me faltó laburo. El poder que tenemos los periodistas es limitado, tampoco me
interesa tener poder, lo que quiero es contar cosas que transformen otras. Yo
dejé la militancia política en la UCR cuando me di cuenta que no iba a poder
conciliar transformaciones que soñaba para el mundo en el que vivía, y que
siendo periodista sí lo iba a conseguir.



-¿Qué
ventajas encontrás en el diario online?



-Disfruto
mucho de la revancha, de la posibilidad de mejorarlo todo el tiempo, de intercambiar
con la gente. Me di cuenta que mientras el papel se estaba muriendo el digital era
otro medio de vida. La radio fue mi amor de la vejez.



-¿Qué otras
pasiones tenés además de la comunicación, la política o el motociclismo?



-Me
gusta mucho compartir la cocina con mi mujer. Me gusta el mundo del ajedrez,
tengo muchos amigos ahí, y la vida me dio la posibilidad, ya con mis hijos
grandes, de retomar el contacto que no tenía cuando eran chicos y aunque vivan
en otros lugares.



-¿Pasás mucho
tiempo conectado?



-Estoy
todo el día conectado. Todos los días viendo lo que pasa, los temas de los que
habla la gente, leyendo noticias, siguiendo los medios. Me voy a dormir con la
tablet, me despierto e inmediatamente prendo la radio. Todo el día es todo el
día.


Ping Pong

¿Un
restaurante?
Voy a votar con el corazón: La Marchigiana, la del
centro.

¿Una comida? Pastel de
papa.

¿Un vino? Nosotros de
Susana Balbo.

¿Signo del
zodíaco?
Capricornio.

¿Hincha de…? Boca

¿Una serie? Una serie
futurista que estoy viendo en Fox.

¿Un ídolo de
chico?
No
tuve ídolos de chico, tampoco de grande.

¿Cuántos seguidores
en FB o Twitter tenés?
No tengo idea, no lo miro.

¿Un destino
de vacaciones?
Alguno que no conozca. Mirá que meta chiquitita, quiero ir
a las Cataratas. La verdad es que hace más de diez años que no tomo unas
vacaciones en serio.