Winerock 2019: más orden y mucho, pero mucho más rock

La edición 2019 de Monteviejo Winerock tuvo un gran diferencial con respecto a las ocho ediciones anteriores: en la producción estuvo el experimentado equipo Pop Art Music, empresa de Buenos Aires líder en el mercado de organización de eventos masivos. De esta manera, al entrar al predio de Clos de los Siete, ya se veían […]


La edición 2019 de Monteviejo Winerock tuvo un gran diferencial con respecto a las ocho ediciones anteriores: en la producción estuvo el experimentado equipo Pop Art Music, empresa de Buenos Aires líder en el mercado de organización de eventos masivos. De esta manera, al entrar al predio de Clos de los Siete, ya se veían carteles indicadores que le hicieron más sencillo el ingreso a la más de 3.000 personas que viajaron hasta allá en busca de  montaña, sol, rock y vino.


Fue una edición más ordenada y ágil que las anteriores, sobre todo porque se respetaron los horarios de cada artista, de manera que a las 22.50 la banda de cierre, Babasónicos, ya terminaba su show y la gente iba dejando el predio.


Si bien hubo una parte de los asistentes a quienes molestó que a las 19 se cortara el expendio de vino y cerveza, lo cierto es que eso se comunicó de antemano (lo decían todas las notas de prensa y hasta la web donde se adquirían las entradas). Asimismo, es la estrategia elegida desde hace varios años para garantizar el seguro regreso a casa de todos y, ¿saben qué? funciona. Decisiones como esa son las que deberían aplaudirse en vez de criticarse.


“La edición 2019 ha sido el resultado de muchos años de trabajo y de creer en nuestra cultura, en nuestra tierra y en nuestro vino. Esta novena edición es el preludio al festejo por los diez años del Winerock, algo que estoy esperando con muchísima ansiedad”, le dijo a High Marcelo Pelleriti, enólogo y director de Monteviejo, quien creó este encuentro musical de la mano del músico Rano Sarbach.


El rock, los recuerdos y una feria de vinos


Desde el mediodía, se pudo escuchar en vivo a solistas y bandas que empezaban a calentar motores, animando a quienes iban llegando y elegían al Winerock para almorzar y pasar un día al aire libre. Nuevamente, hubo una mini feria con vinos de productores amigos, como Mariana Onofri, Pepe Reginato, Malpensado y Desquiciado Wines, que desde las 13 y hasta las 17 dieron a degustar sus creaciones.


Los primeros en subir al escenario fueron: Bruno Albano (Banda de Turistas), Potra, Feli Colina, Hombres Bien, Ibiza Pareo y la mendocina Paula Neder. Estos  artistas pertenecen a la nueva camada del rock y el pop nacional que está refrescando los sonidos que escuchan grandes y chicos. Sus canciones quizás no suenan en las radios o en la televisión, pero son de lo más buscado en plataformas de streaming de música y videos.


Pasadas las 16, le tocó el turno a quienes vienen peregrinando hacia Mendoza cada abril desde hace varios años, a esos artistas que ya son parte de la bodega y que tienen hasta sus propios vinos con el dueño de casa: Marcelo Pelleriti. Así las cosas, subieron al escenario Coti Sorokin, Fer Ruiz Diaz (con Vanthra) y Walas, de Massacre.


Un momento emotivo ocurrió cerca de las 18, cuando Leo García interpretó “Lago en cielo”, de Gustavo Cerati, quien fuera su gran amigo y mentor. También estuvo sobre el escenario Richard Coleman, coequiper fundamental del recordado y querido líder de Soda Stereo. Más tarde, bajo el mismo sol, Walas interpretaría “La excepción”, volviendo a poner al frente el recuerdo de uno de los más prodigiosos artistas que tuvo el rock argentino.


Un momento que ya habíamos vivido el año pasado y que volvió a repetirse para deleite de los amantes de la música fue cuando Fer Ruiz Díaz se sumó a Walas para cantar “Plan B: Anhelo de satisfacción” (que es originalmente de Massacre). Esa canción es con la que el líder de Catupecu Machu siempre recuerda a su hermano Gabriel, quien ya no se dedica a la música por temas de salud.


Por su parte, Babásonicos dio fin a la jornada con un espectáculo impresionante, que incluyó una puesta de luces e imágenes que pocas veces se había visto en este espacio del Valle de Uco. Abrieron su set con “Desfachatados”, “Pendejo” y “La lanza”. Luego, le tocó el turno a canciones que todos sabían, como: “Yegua”, “El colmo” y “Putita”. Incorporarlos a ellos fue un acierto y se notó en la cantidad de gente que, si bien estaba desde muy temprano, se quedó hasta el final para no perderse el bis de la banda liderada por Adrián Dárgelos.


“Este año, artísticamente estuvo muy cuidado y creo que eso se notó”, indicó a High José Bahamonde, el diseñador de etiquetas y miembro fundacional del grupo de amigos que vio nacer al Winerock hace una década. Él volvió a ser el conductor oficial del festival y, con cada aparición suya, iba dando “tips” sobre cómo disfrutar del evento de la mejor manera.


“Sean embajadores del vino y promuevan que todos a su alrededor tomen más vino”, dijo en un momento frente a la marea de gente,  buscando así que la bebida nacional vuelva a estar entre las más elegidas por los argentinos. Bahamonde tuvo la ayuda de varios invitados para hacer de nexo entre banda y banda, pero uno de los que más se destacó fue Joe Fernández, quien improvisó parte de su stand up astrológico, haciendo reír al público.


La gastronomía del patio de comidas volvió a ser de Graciela Hisa y hubo diferentes y suculentas opciones, como locro, hamburguesas de cordero, empanadas y lomos. Nadia Harón, quien está a cargo del restaurante de Bodega Monteviejo, se destacó con sus propuestas para los espacios VIP del Festival.


Un dato a destacar, es que por primera vez hubo cerveza en el Winerock. Andes Origen tuvo a su cargo la emblemática terraza de la bodega (que ofrece una de las mejores vistas de Argentina) ofreciendo su nueva cerveza de edición limitada: se llama Vendimia y está hecha con uvas seleccionadas (Moscatel Rosado y Amarillo, tres variedades de Torrontés, Uva Criolla y Uva Cereza). Además, se podían consumir las otras 4 variedades de la marca nacida en Mendoza: rubia, roja, negra e ipa.


 


Por Florencia Manzur