Bodega Casarena, nuestro restó recomendado del mes

Montaña, viñedos, buenos vinos y excelente gastronomía generan un momento único que los mendocinos tenemos al alcance de nuestras manos. Dentro de esta puesta en valor de nuestra provincia, encontramos una bodega a sólo veinte minutos de la Ciudad de Mendoza  que invita a disfrutar de un almuerzo excepcional. Nos referimos a Bodega Casarena, la […]


Montaña, viñedos, buenos vinos y excelente gastronomía generan un momento único que los mendocinos tenemos al alcance de nuestras manos. Dentro de esta puesta en valor de nuestra provincia, encontramos una bodega a sólo veinte minutos de la Ciudad de Mendoza  que invita a disfrutar de un almuerzo excepcional. Nos referimos a Bodega Casarena, la cual se encuentra ubicada en el edificio de una bodega centenaria (construida en 1937) que fue renovado conservando su fachada pero abasteciéndola de alta tecnología.


Su restaurante, al pie de la Cordillera de los Andes, se encuentra totalmente vidriado y ofrece una de las mejores vistas de Mendoza. Los viñedos, perfectamente expuestos, completan un escenario magnífico. Es un ambiente moderno, desestructurado y casual. La propuesta gastronómica, en manos del reconocido chef Lucas Bustos, hace eje en la reinterpretación de recetas tradicionales de la región en clave creativa y vanguardista.


Gastón Peletier, el sous chef, explica  cada uno de los cinco pasos que ofrece la propuesta de Casarena. Todos maridados con su línea de vinos Premium. Este menú está disponible de lunes a sábados a una valor de $1320. Aunque tiene un valor especial para mendocinos de $ 900.


El primer paso se trata de una tostada de focachia, que cuenta con un humus de garbanzo que se hace a la plancha más aceite de menta emulsionado con jugo de limón. El segundo paso: pickles de remolacha, una ensalada tibia de lentejas y chorizos hechos a la chapa con hojas de estación. El  siguiente paso es una invitación de la casa por lo tanto es variado. Se trata de un patrani de lengua con pickles de rabanito, aceite de oliva con pimentón y tomates disecados.  Es importante destacar la atención permanente en cada detalle y la panificación hecha en la misma bodega con panes especiales que podrían hacer su propia degustación.


El cuarto plato combina una bondiola de cerdo, cocida durante 8 horas en vino, con la degustación de dos tipos de puré (el amarillo de batata emulsionado con oliva y el rojo de repollo morado). El quinto paso cumple la función del principal. Filet mignon con sal de malbec acompañado con puré de zanahoria con vegetales en distintos tipos de cocción (a la chapa, en aluminio y en las brasas). El postre es un clásico argentino:  roggel en masa de hojaldre, mucho dulce de leche, nuez, flores de la huerta con azúcar de remolacha y caramelo aereado.


Cada uno de los platos maridan con la colección de Ramanegra , excepto el principal que invita a combinarlo con el Petit Verdot de Lauren's Vineyard


La presentación de sus platos, el equilibrio de sus sabores y la forma exacta que maridan con los vinos de la cava, permite vivir una verdadera experiencia enogastronómica.


Los domingos, en tanto, se propone una opción más descontracturada; ya sin menú fijo, los platos salen de la cocina con la espontaneidad de cualquier hogar mendocino. Bajo la idea de compartir y disfrutar en familia, las fuentes se colocan en el centro de la mesa y se come y bebe a gusto del comensal. En ese caso, el precio por persona es de $ 900. Los comensales también pueden caminar por los viñedos (que se encuentran a pocos metros de distancia), recorrer la bodega y dejar pasar las horas con una copa de vino en la mano y en medio de un paisaje único.


 


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Por Carla Luna


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