Un repaso por las tendencias más fuertes del año

Le quedan pocos días al 2017 y es el momento ideal para resumir algunas de las tendencias más fuertes que el año tuvo para ofrecernos. Hablamos de modas y elementos populares que imperaron durante los últimos 12 meses y que hasta el día de hoy siguen ejerciendo influencia en las decisiones que tomamos. Resulta importante […]


Le quedan pocos días al 2017 y es el momento ideal para resumir algunas de las tendencias más fuertes que el año tuvo para ofrecernos. Hablamos de modas y elementos populares que imperaron durante los últimos 12 meses y que hasta el día de hoy siguen ejerciendo influencia en las decisiones que tomamos.


Resulta importante destacar, por ejemplo, la cantidad de ferias de vinos que se realizaron en la provincia; el auge de las cervezas artesanales y la proliferación de los locales que las comercializan; los restaurantes que ofrecen comidas caseras; el gran regreso de los aperitivos; el resurgimiento de las barberías y la vuelta del vino blanco a la categoría de “vino top”.


El aperitivo volvió con todo. La fiebre por el vermouth que se vivió (y aún se vive) en Argentina no hizo más que demostrar que todo vuelve. La bebida que más tomaban nuestros padres y abuelos está de regreso en la forma de aperitivo y en los bares más top, pero también como parte de innovadores cocktails. Algunos, incluso, dicen que es el nuevo Gin Tonic.


En Mendoza, parte de esta tendencia se puede atribuir al trabajo que varias marcas realizan desde hace algunos años, organizando after office en bares y ofreciéndolo como cortesía en diversos restaurantes.



Los patios cerveceros. Este verano, si levantás una piedra, te encontrás con un patio cervecero. En Mendoza, el primero fue Barijho Beer Garden, pero también dicen que fue el primero que hubo en todo el país. Si bien es el más popular, cada día abren más y más locales similares en distintos puntos de la provincia.


La clave está en ofrecer un lindo lugar al aire libre y tener una buena variedad de cervezas artesanales e importadas. Resultan ideales para compartir citas o salir entre amigos.



Los bodegones. Si bien en Buenos Aires nunca dejaron de existir, aquí hubo un tiempo en el que no fueron populares. Este año, a los dos que ya existían (Fuente y Fonda y Las Patricias) se les sumó El Porvenir.


Al mismo tiempo, Prímula Cantina Ferroviaria expandió su oferta incorporando un vagón de tren con más espacio para comensales, mientras que la cantina del club Andes Talleres sigue siendo uno de los lugares más elegidos por grupos de amigos que buscan comer rico y abundante. Además, ya se anunciaron varios proyectos parecidos para 2018.



El año con más ferias. Veníamos de un 2016 que tuvo muchas ferias de vino, pero este año la oferta fue masiva. Prácticamente, hubo una feria por mes. Pero el año no solo se destacó por la cantidad, sino porque a propuestas ya consolidadas, como Alta Gama, Diplomatic Luxury Wines e Intercontinental Wine Expo, se les sumaron varios eventos nuevos y originales. Uno de ellos fue Chachingo Wine Fair.


Sin duda, el público y las mismas bodegas están pidiendo un cambio de modelo, pero no solo para difundir mejor sus vinos sino también para que el consumidor, ya sea experto o no, pueda disfrutarlos y conocerlos de un modo más efectivo.



El renacer de los  vinos blancos. Hace rato que en Argentina los vinos blancos están creciendo en calidad, variedad y consumo. No solo las estadísticas muestran que su consumo va en aumento sino que son varias las bodegas que han sembrado más cantidad de uvas blancas para potenciar su producción en el futuro cercano.


Por otro lado, en la cata a ciegas Premium Tasting 2017, los blancos argentinos se destacaron y mucho. De los 36 vinos degustados, seis fueron blancos.


Asimismo, en los Argentina Wine Awards (AWA), organizados por WOFA y la COVIAR, los jurados internacionales Adam Teeter y Jamie Goode ponderaron las creaciones de algunas bodegas en base a uvas de semillón y viognier.


También es importante destacar la fama que en el último tiempo adquirieron vinos top como el White Bones, de Bodega Catena Zapata, el Lágrima Canela, de Bodega Bressia, o el Susana Balbo White Blend, de Susana Balbo Wines. Otro buen ejemplo es el flamante Fósil de Zuccardi Valle de Uco.


En conclusión, queda claro que los vinófilos están dispuestos a pagar altos precios por blancos que los deslumbren y enamoren.



Street Food con un toque gourmet. La hamburguesa viene protagonizando una verdadera revolución gastronómica. Con la llegada a Mendoza de franquicias como Mi Barrio y la popularidad de espacios como Jack House, Burgery y Fidelitos, esta opción de comida rápida se volvió uno de los platos favoritos de los mendocinos.


Al mismo tiempo, polos gastronómicos como la calle Arístides Villanueva o la Avenida Belgrano, de Ciudad, también fueron testigos del surgimiento de propuestas volcadas a la comida callejera internacional. El primer caso fue el de Doxgie, donde venden panchos con diferentes toppings (salsas) y al estilo alemán, pero también aparecieron otras opciones más sofisticadas como Orégano, donde la chef Vanina Chimeno recrea las mejores pizzas que probó en el mundo con ingredientes de primer nivel.


El ejemplo más reciente es El perro de Lombardo, el gastropub que pertenece al grupo Alfoz y acaba de abrir sus puertas en Arístides. Allí, la cocina ofrece opciones de fusión árabe, europea y criolla. Hay platos como cous cous, milanesa, tabule, humus, pastel frito o faláfel para comer al paso.



 


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